martes, julio 18, 2006

Campaña anticadenas

Al igual que yo, muchas personas estarán cansadas de recibir mensajes de padres de bebés con raras enfermedades que piden ayuda. Otras veces, en cambio, se trata de una cadena que un tal Herbert Pudstrom recibió en 1953 y ha ido viajando de mano en mano sin romperse hasta que le llegó a un amigo de un amigo de un primo lejano de Martha Moore (Austin, Texas) que no siguió la cadena y le salió urticaria por todo el cuerpo y estuvo 1250 años sin practicar el sexo. Teniendo en cuenta que la urticaria la tenía por todo el cuerpo, no sé si lo de no practicar sexo era una suerte o una desgracia... uff, ¡qué escozor!

Bueno, a lo que iba, quiero proponer algunos truquillos para reenviar sin problemas esos mensajes-cadena, si es que hay alguien a quién realmente les gusta (o si por el contrario es que les da yuyu borrarlos), y para tranquilizar al resto que sí los borra pero se queda con un nudo en la garganta pensando si han hecho bien en romper la cadena. A continuación enumero los pasos a seguir para gozar de un correo electrónico sano y libre de impurezas.

- Primer paso: seleccionar concienzudamente el material que se desea reenviar, es decir, obviar toda aquella morralla que prometa príncipes azules, noches de pasión con desconocidos o deseos que se cumplirán si reenvías el mensaje a al menos quince personas.

Piénsalo bien, ¿en serio crees que se cumplirán todas esas falacias? Despierta, los príncipes son de color carne, unos rositas, otros marrones, pero jamás azules. En toda la historia de la humanidad sólo se ha dado un caso de una persona azul, mi primo Manolito, y desestimaron el asunto cuando descubrieron que lo que ocurría era que mi tía le ponía ropitas que le oprimían demasiado el cuello.

- Segundo paso: una vez seleccionado el contenido del mensaje a reenviar y eliminado cualquier rastro de dirección ajena, debes proceder a insertar las direcciones de correo electrónico de tus contactos en la casilla CCO o BCC. De esta manera cuando reenvíes el mensaje nadie podrá ver la dirección de tus demás contactos.

Pero claro, después de haberte pasado diez minutos de selecciones, cancelaciones, eliminaciones y copias se lo envías a tu amiga Susana y ésta va y lo reenvía como le da la gana. Es más, te lo vuelve a enviar y tú, que estás harto de decirle que utilice la CCO, te lo tomas a mal y piensas que quizás sea verdad lo de las maldiciones y que puede que Susana forme parte de la gran conspiración virtual.

- Tercer paso: elimina cualquier mensaje que contenga fotos de neonatos, perritos o angelitos con musiquillas dulzonas y frases inconexas o con errores gramaticales.

Es cruel que después de un duro día de trabajo llegues a casa y te sientes tranquilamente ante el ordenador para revisar tu correo y encuentres ocho interminables mensajes de tu “amiga” Susana en el que se suceden, como en procesión, bebés travestidos de todo lo imaginable, historias inventadas por solteronas beatas y padres desesperados cuyos hijos milagrosamente siguen con vida después de cinco años y continúan pidiendo urgentemente una transfusión de sangre del grupo cero negativo.

- Cuarto paso: únete a nosotros para vencer esta grave enfermedad. Ya existen centros de desintoxicación y charlas de Reenviadores de Cadenas Anónimos. Tú también puedes ayudar. Reenvía este texto a al menos quince contactos y verás que sucederá en los próximos cinco minutos. ¡Es alucinante, no te lo pierdas! Ejem, no había hablado de las recaídas, ¿verdad? Pero… venga, ánimo, reenvía el texto, verás lo que sucede…

Lo único que percibirás será el aviso de que tu mensaje ha sido enviado con éxito, y quizás cinco minutos después recibas un mensaje de Susana que te habrá vuelto a enviar el mismo mensaje con algunos kb de más. Sí, has acertado, es lo que ocupa su lista de contactos, que como siempre ha olvidado borrar.

Con todo esto sólo quiero decir que lo único que sé es que yo borro todos y cada uno de estos mensajes cadena y sigo follando como siempre (con perdón) y sigo cagándome (sin perdón) en la madre que parió a todas las Susanas que han reenviado el mensaje a 2048945783958 contactos y tengo que bajar y bajar y bajar y bajar y bajar y bajar y bajar hasta que llego al final del mensaje y me sale otra vez el Herbert Pudstrom de los cojones.

Espero que mis palabras no hayan herido la sensibilidad del lector, pero me encuentro un tanto cabreada porque acabo de aceptar a un contacto “conocido”, que se ha hecho pasar por otra persona y se me ha presentado con la webcam en gallumbos y diciendo que estaba caliente... ¡será cerdo el tío!

Veis como en vez de caer maldiciones de que no tendréis más relaciones sexuales ocurre todo lo contrario... Aunque pensándolo bien, ahora me siento peor que el amigo del amigo del primo de Martha Moore.

No hay comentarios: